36 a os de destrucci n, sangre y l grimas, son las l neas plasmadas en este libro, que simboliza los sacrificios de los hombres de uniforme, de grandes dosis de disciplina y valores morales bien cimentados, que aportaron nuestros h roes an nimos, lo que se qued en las carreteras, en la llanura, en la selva, en la monta a, en lugares donde hoy hay cultivos, donde hoy hay viviendas, donde hoy hay industria y desarrollo. El soldado guerrero combatiente no pide l stima, no pide riqueza, posiciones, publicidad ni medallas, solo pide un reconocimiento tard o y comprensi n justa y ecu nime de su actuar, por el bien de personas que aun sin conocer ni entender, dio todo a cambio de nada. Muchos tenemos la bendici n de ver a nuestra descendencia, otros no tuvieron ese destino y se adelantaron al m s all , en el cuartel general del ser supremo creador donde iremos tarde o temprano. Ese esfuerzo no fue en vano, vali la pena.