Hasta hace unos años, pensábamos que la electricidad no podía almacenarse y que debía consumirse en el momento en que se generaba. Los tiempos están cambiando; hoy la electricidad puede almacenarse a escala de megavatios gracias a los avances realizados en las tecnologías y soluciones de almacenamiento. Estas aplicaciones de almacenamiento de energía eléctrica (EES) son cada vez más viables en todo el mundo. Se espera que las redes inteligentes sean el mayor logro del siglo XXI. Y las tecnologías de almacenamiento de energía van a ser una parte importante de ellas. Las tecnologías de almacenamiento de energía abarcan un amplio conjunto de tecnologías diversas. Se clasifican a grandes rasgos en sistemas de almacenamiento de energía mecánicos, electroquímicos, químicos, eléctricos y térmicos. El almacenamiento de energía eléctrica (aparte de la energía hidroeléctrica de bombeo) sigue siendo una parte periférica de la infraestructura de generación de energía. Sin embargo, el creciente uso de las energías renovables está cambiando la percepción del almacenamiento y ha provocado un aumento significativo del interés por el almacenamiento de energía. Los avances de los últimos diez años han llevado a una serie de nuevas tecnologías de almacenamiento al borde de la comercialización.