La seguridad del personal y los bienes en una tienda o un almacén es, ante todo, prevención y anticipación: evitar ser golpeado. Es tomarse el tiempo necesario para pensar cómo contrarrestar los acontecimientos futuros en lugar de verse afectado por ellos. Prever los ataques o predecirlos es un medio valioso para contrarrestarlos o evitarlos por completo. Es mucho más prudente prever un ataque que responder a él mientras se produce o afrontarlo después. Prever o anticiparse a los ataques significa ponerse en la piel del delincuente. Hay que aprender a pensar como ellos. En otras palabras, hay que pensar constantemente como un atacante en lugar de como un defensor. Los responsables de la seguridad deben saber a qué se enfrentan, quiénes son los delincuentes, sus nuevos modos de actuación, si quieren poner en marcha las medidas de protección adecuadas. La seguridad es sentido común, una forma de vida, un estado mental. Debe ser instintiva y no una obligación. La seguridad puede parecer compleja, pero en realidad no lo es. Lo único que hay que hacer es dividirla en varias partes y tratar cada una de ellas por separado sin perder de vista el panorama general.