Los nematicidas químicos se han empleado con diversos grados de éxito, pero su aplicación puede resultar engorrosa y, además, podrían estar neutralizando un efecto por lo demás positivo de los nematodos entomopatógenos (EPN) que coexisten con los PPN en los entornos edáficos y proporcionan protección a las plantas contra las plagas de insectos. Investigaciones recientes han explorado el potencial de emplear EPN para proteger a las plantas de los PPN, al tiempo que proporcionan su grado estándar de protección contra los insectos. Las interacciones implicadas son muy complejas, debido tanto al sistema de tres organismos como al surtido de variables presentes en un entorno edáfico, pero se ha acumulado una sólida colección de pruebas relativas a la capacidad supresora de ciertos EPN y sus bacterias mutualistas, en el contexto de la limitación de la infectividad. Factores específicos producidos por ciertos complejos de EPN durante el proceso de infección por insectos parecen tener un efecto selectivamente nematicida, o al menos repelente, sobre los PPN. Gracias a esta información, se ha creado una oportunidad para adaptar esta relación a condiciones de campo a gran escala y aliviar potencialmente a la industria agrícola de una de sus cargas más sustanciales.