Aparte de sus motivos declarados, las operaciones con partes vinculadas (operaciones RPT) pueden enmascarar intereses relacionados con el enriquecimiento de una parte a expensas de otras partes que no participan en la operación. Así, pueden conducir a la expropiación de accionistas minoritarios, en beneficio de los accionistas mayoritarios. Estos grupos pueden obtener beneficios vendiendo a la empresa (o comprándole), activos, bienes o servicios, a precios superiores (inferiores) al precio de mercado. También pueden obtener préstamos en condiciones favorables, utilizar los activos de la empresa como garantía de sus préstamos personales e incluso diluir los intereses de los accionistas minoritarios adquiriendo acciones adicionales a precios preferenciales. Tanto los beneficios como los activos pueden transferirse mediante transacciones entre empresas pertenecientes al mismo grupo. La transferencia de riqueza va de las empresas situadas en la base de la pirámide hacia las situadas en la cúspide, donde los derechos de propiedad de los accionistas principales son más elevados. Aunque desde hace tiempo se hace hincapié en el deber del auditor y en diversas normas de divulgación de las transacciones con partes vinculadas, la prevalencia de transacciones empresariales dudosas pone de manifiesto que los mecanismos actualmente promulgados no son infalibles.