La crisis Irán-Azerbaiyán es uno de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea de Irán y del mundo. Durante esta crisis, las dos superpotencias de Oriente y Occidente avanzaron al borde de la guerra nuclear. Además, la división del mundo en los polos (bloques) capitalista y socialista y el comienzo de la Guerra Fría coincidieron con el estallido de esta crisis. De hecho, muchos historiadores y teóricos la consideran mucho más importante que los acontecimientos de Checoslovaquia y el bloqueo de Berlín (1948). El papel de los actores locales e iraníes, así como de las clases políticas y sociales de Azerbaiyán y Kurdistán, es muy importante. Además, el gobierno central de Irán y los dirigentes y políticos, así como el rey, la corte y los representantes del parlamento, desempeñaron un papel decisivo en esta crisis. De hecho, su respuesta a estos movimientos y a la cuestión de la crisis es muy importante. Además, el papel de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad es muy destacado en la solución de la crisis de Azerbaiyán porque durante esta crisis, Irán se quejó de la Unión Soviética socialista en el Consejo de Seguridad y esta fue la primera queja de un gobierno de otro.