Existen razones de peso para explorar la saliva como herramienta de diagnóstico. Es evidente que satisface la demanda de un método de cribado barato, no invasivo y fácil de usar. Como espécimen de diagnóstico en la clínica, la saliva tiene muchas ventajas en términos de recogida, almacenamiento, envío y muestreo voluminoso; todos estos procesos pueden llevarse a cabo de forma muy económica en comparación con el suero o la orina. La saliva también es más fácil de manipular durante los procedimientos diagnósticos que la sangre porque no se coagula, lo que reduce el número de manipulaciones necesarias. Para los pacientes o examinados, el método de recogida no invasivo podría reducir drásticamente la ansiedad y la incomodidad, y aumentar su disposición a someterse a inspecciones sanitarias que incrementarán enormemente la oportunidad de controlar su salud general a lo largo del tiempo y de diagnosticar morbilidades en una fase temprana.Por lo tanto, hace tiempo que se ha establecido que una herramienta de diagnóstico sencilla y no invasiva que permita un cribado rápido, proporcione información predictiva precisa y permita una evaluación fiable del estado de la enfermedad sería de gran valor tanto para los dentistas como para los pacientes.