Los efectos de los aerosoles en la atmósfera, el clima y la salud pública figuran entre los temas centrales de la investigación medioambiental actual. Las partículas de aerosol dispersan y absorben la radiación solar y terrestre, intervienen en la formación de nubes y precipitaciones como núcleos de condensación de nubes y de hielo, y afectan a la abundancia y distribución de los gases traza atmosféricos mediante reacciones químicas heterogéneas y otros procesos multifásicos. Además, las partículas suspendidas en el aire desempeñan un papel importante en la propagación de organismos biológicos, materiales reproductivos y agentes patógenos (polen, bacterias, esporas, virus, etc.), y pueden causar o potenciar enfermedades respiratorias, cardiovasculares, infecciosas y alérgicas.