Cualquier producción de petróleo requiere el acceso al subsuelo potencialmente petrolífero de actores dispuestos a invertir los fondos necesarios para descubrir o desarrollar los recursos de hidrocarburos. Por tanto, existen dos soluciones posibles. O bien el actor que controla el acceso al subsuelo se compromete a realizar la actividad industrial de exploración y producción, o bien celebra un contrato con otro actor, que sólo puede ser una compañía petrolera. La cláusula de estabilización fiscal de los contratos petroleros atenta contra los intereses del Estado y neutraliza su soberanía. El objetivo de esta cláusula es garantizar a los inversores que sus inversiones no sufrirán ningún cambio, lo que sigue siendo una ventaja para ellos y no para el país anfitrión, ya que repercute negativamente en la economía nacional. Cuantas más cláusulas de estabilización fiscal haya, menos impuestos pagarán. Esta cláusula es inversamente proporcional al importe de los impuestos pagados. Afecta a los elementos más importantes: impuestos, cánones, tasas y cargas principales. Estos son los elementos fundamentales de la fiscalidad.