Desde 2012 Mali ha sido escenario de atentados terroristas vinculados a reivindicaciones islámicas radicales. El riesgo resultante es una propagación regional de estas ideologías, lo que repercutiría en la seguridad de los países de la región, que necesitan la paz para desarrollarse. La historia de Malí, desde la antigüedad, está entrelazada con el Islam. Kankou Moussa, el famoso emperador, es un símbolo de este hecho. Entonces, ¿cómo se puede entender que un país con tal relación histórica con el Islam se enfrente a la aparición de radicales que quieren sembrar el terror? Por ello, el gobierno maliense, en su política de lucha contra la radicalización musulmana, ha iniciado un programa de formación de imanes malienses en Marruecos, con el fin de proporcionar un contraargumento ideológico contra este fenómeno que amenaza la estabilidad de la región. Nuestro libro se basa en una encuesta sobre el terreno a actores civiles y especialmente a imanes para analizar esta acción y criticarla.