El consumo de sustancias entre los adolescentes va desde la experimentación hasta los trastornos graves por consumo de sustancias. Todo consumo de sustancias, incluso el experimental, pone a los adolescentes en riesgo de sufrir problemas a corto plazo, como accidentes, peleas, actividad sexual no deseada y sobredosis. El consumo de sustancias también interfiere en el desarrollo del cerebro de los adolescentes. Los adolescentes son vulnerables a los efectos del consumo de sustancias y corren un mayor riesgo de desarrollar consecuencias a largo plazo, como trastornos de salud mental, bajo rendimiento escolar, un trastorno por consumo de sustancias y mayores tasas de adicción, si consumen regularmente alcohol, marihuana, nicotina u otras drogas durante la adolescencia.En la sociedad occidental moderna, el consumo de sustancias es una forma fácil para que los adolescentes satisfagan la necesidad normal del desarrollo de asumir riesgos y buscar emociones. No es de extrañar que el consumo de sustancias sea común a medida que los adolescentes crecen, y alrededor del 70% de los adolescentes probarán el alcohol antes de graduarse en la escuela secundaria. Sin embargo, el consumo recurrente o continuado de sustancias es mucho menos frecuente. Incluso el consumo ocasional de sustancias es arriesgado y no debe ser trivializado, ignorado o permitido por los adultos. Las actitudes de los padres y los ejemplos que dan con respecto a su propio consumo de alcohol, tabaco.