La defensa de los "bienes comunes" es hoy una fuerte reivindicación de muchos movimientos sociales. Incluye tanto los elementos esenciales para la vida -como el agua y las semillas- como los "servicios públicos" que ahora están siendo desmantelados por las políticas neoliberales, tanto en el Sur como en el Norte. Esta lucha consiste en oponerse a las oleadas de privatizaciones que han afectado a la mayoría de las redes públicas, desde los ferrocarriles, la electricidad, el agua, el transporte, la telefonía, hasta la sanidad y la educación, pero también los bosques, los ríos y la tierra. Lo que en Inglaterra, antes del capitalismo, se llamaba el procomún, se fue reduciendo progresivamente, dando paso a un sistema económico que transformó la tierra y luego toda la realidad en mercancías, pasos necesarios para la acumulación de capital, y que hoy se ha acentuado con la hegemonía del capital financiero.