La riqueza de nuestros recursos naturales es el orgullo de nuestro país; todo congoleño patriota debe ser consciente de ello y promover su protección. De este modo, contribuiremos a la realización del sueño tan preconizado por el antiguo Presidente MOBUTU, que decía: "Cuando los científicos hayan transformado el mundo en un medio puramente artificial, que siga existiendo en el Zaire un último refugio para el hombre, una naturaleza en estado puro". Por ser un gran protector del medio ambiente, incluso fue coronado "Comendador del Arco de Oro" por el Príncipe de los Países Bajos en agosto de 1973, que era la más alta distinción mundial en Conservación de la Naturaleza. La República Democrática del Congo es víctima de un fenómeno monstruoso que se debe bien a su propio descuido, bien a la voluntad deliberada de sus contribuyentes. Los recursos que se escapan del erario público congoleño, si se recaudaran racionalmente, contribuirían eficazmente al desarrollo de nuestro país. Esta pérdida, como hemos dicho, se debe a la imprudencia del legislador congoleño cuando en la aplicación de sus normas encontramos ciertos fallos o lagunas.