El autor desentraña las intrincadas tendencias que intervienen en los regímenes políticos africanos; principalmente una interacción de los órganos de gobierno (legislativo, ejecutivo y judicial) y su impacto en el bienestar de los ciudadanos nacionales. Se hace un estudio de Estados representativos seleccionados de la región de África Central (Camerún), África Oriental (Kenia), África Meridional (Sudáfrica), África Septentrional (Libia) y África Occidental (Nigeria). La historia y las Constituciones de estos Estados abogan por métodos más prósperos y democráticos a la hora de dirigir a los africanos. Se desentrañan temas como los golpes militares, las mujeres en el liderazgo, las elecciones presidenciales, el regionalismo, las revisiones constitucionales injustificadas, el terrorismo y las cuestiones de desarrollo. El objetivo es sugerir un mejor liderazgo democrático y de buen gobierno para un continente tristemente célebre por golpes de Estado innecesarios , genocidios, guerras, opresión de minorías, corrupción y mala gobernanza. Las constituciones africanas deberían limitar los mandatos de los líderes ejecutivos, que deberían gobernar democráticamente durante los años de su mandato, utilizando los fondos del Estado para atender a sus poblaciones, creando oportunidades de empleo y explotando los abundantes recursos mediante el buen gobierno y la sabiduría.