Tras la independencia, Costa de Marfil disfrutó de un éxito socioeconómico sin precedentes. Gracias a este progreso, el Estado marfileño emprendió importantes inversiones socioeconómicas. Pero a finales de los años ochenta, la economía marfileña se vio sacudida por una crisis económica internacional. Las instituciones de Bretton Woods recomendaron entonces la descentralización como medio de atenuar el impacto de la crisis. Durante casi cuatro (4) décadas, la descentralización ha estado en el centro de la gestión local. Sin embargo, la descentralización se ha visto confrontada a una serie de crisis que han puesto en tela de juicio su papel en la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones locales en general, y en particular el nivel de acceso a los servicios básicos.