La monografía está dedicada a un tema muy doloroso de nuestro tiempo: el problema del mar de Aral, que se considera perdido para siempre. Describe la historia de la desecación del mar de Aral como consecuencia del desvío total del agua de las cuencas de los ríos Amu Darya y Syr Darya para el desarrollo del cultivo del algodón con el fin de proporcionar materias primas a la industria algodonera de Rusia. El riego de los campos de algodón con métodos tradicionales provocó la salinización de las tierras. Se esbozan las consecuencias del monocultivo del algodón: desarrollo desigual de las repúblicas centroasiáticas, incluido el retraso en el desarrollo de la industria, incluida la textil. Se señalan especialmente las consecuencias ecológicas, la principal de las cuales es la desecación completa del mar de Aral y la acumulación de más de 10.000 millones de toneladas de sales en su lugar y su transferencia por el viento a los territorios circundantes hasta 500 km y más. A partir de los datos de observación hidrológica se ha determinado la afluencia anual de un gran volumen de sales a los campos de regadío, lo que intensifica su salinización. Para evitar la salinización, el autor considera necesario acelerar la transferencia de toda la superficie de producción de cultivos al riego por goteo, de conformidad con el Decreto pertinente del Presidente de Uzbekistán, Sh. M. Mirziyoyev, en un plazo de 1 a 3 años.