La propia tierra está profundamente preocupada. Mucho de lo que se escribe sobre la destrucción de los recursos naturales es auténtico. Las preocupaciones más persistentes son el aumento de los niveles de pobreza, la vulnerabilidad, los conflictos, la biopiratería, la sostenibilidad y la disminución de los sistemas de conocimiento autóctonos y la promoción de la ciencia moderna. Los gobiernos y los socios de desarrollo tienen la tarea urgente de abordar estas preocupaciones y evitar las consecuencias adversas para el medio ambiente. A largo plazo, esto será sostenible. Sin embargo, a corto plazo, estas preocupaciones persistirán durante varias décadas más si no se revisan seriamente.Las cuestiones que se plantean en este libro intentan poner de relieve cómo todos los pueblos son culpables, los norteños y los sureños, y no siempre los primeros; y lo que hay que hacer mediante la acción y la participación colectivas. Los aspectos más destacados abarcan las cuestiones interconectadas de la política internacional y nacional, la utilización de los recursos naturales, las economías inestables, el desarrollo, los conocimientos tradicionales, el acaparamiento y la invasión de tierras, los mercados, el género y la sostenibilidad. El autor trata de dar un toque de atención a los gobiernos y a los socios del desarrollo: el deseo y la pasión de muchos por construir comunidades mejores y sostenibles.