La descentralización fiscal es una cuestión importante. Es una prioridad para las 26 provincias de la República y es el factor determinante para acelerar el proceso de división territorial en favor de las nuevas provincias. La descentralización fiscal se basa, en primer lugar, en la necesidad de refundar el Estado tras una crisis profunda y multisectorial que ha aniquilado por completo la vida pública organizada en la RDC; después, en el deseo de infundir una dosis de democracia local para compensar el poder centralizado; por último, se ha convertido, de forma más pragmática, en una respuesta a la incapacidad del Estado para prestar a nivel local servicios públicos fundamentales como sanidad, educación, agua potable, electricidad, justicia, carreteras, etc. Concretamente, la descentralización fiscal nos invita a no quedarnos en el plano presupuestario o contable, sino a integrar cómo se constituyen las finanzas locales en relación con las finanzas nacionales, lo que significa en el fondo cómo se organiza y reparte el poder entre las autoridades locales y el Estado central y cómo se gestionan las finanzas locales.