Introducir la gestión significa necesariamente pensar en las personas que componen la empresa. Significa también pensar en el impacto de las nuevas tecnologías en la gestión y, también en este caso, en las personas, porque el entorno así lo exige. De un modo u otro, cada uno de nosotros gestiona y es un gestor "no se nace gestor" "se llega a serlo". Cada uno de nosotros, de un modo u otro, en un momento u otro, es responsable de otros: el padre o la madre con sus hijos, el producto de una asociación de padres o el copropietario, el entrenador de un equipo de fútbol, el delegado de clase con los alumnos, todo ello nos lleva a decir que la gestión es una actividad delicada que consiste en conducir a hombres o mujeres hacia objetivos precisos aprovechando al máximo las competencias de cada uno. Por eso cada uno debe tomar las mejores decisiones para el grupo del que es responsable, en interés colectivo. Esto también nos lleva a decir que el directivo es un líder en virtud de su autoridad natural (carisma).