La fiscalidad de las actividades digitales es a veces como la cuadratura del círculo para nuestros Estados en general, y para Benín en particular. Si ya era difícil para nuestras autoridades fiscales captar todos los ingresos imponibles, a pesar de sus muchos esfuerzos, cada vez es más difícil hacerlo cuando los ingresos se obtienen mediante actividades digitales.De hecho, las actividades digitales demuestran los límites del principio de territorialidad, que exigiría que las normas fiscales se aplicaran a los espacios físicos conocidos. Pero estos espacios son menos fáciles de determinar cuando son virtuales. Este libro pretende describir el modus operandi de los agentes económicos que operan en línea y llamar la atención de nuestras administraciones tributarias sobre los nuevos retos fiscales que deben abordarse para establecer una justicia fiscal entre los contribuyentes que ejercen una actividad localizada en un lugar físico y los que operan en línea.