Los productos lácteos han sido una parte importante de la dieta humana durante aproximadamente 8.000 años y están incluidos en las recomendaciones nutricionales oficiales de muchos países. Los productos lácteos son ricos en calcio, proteínas, potasio y fósforo. Las verduras se consideran esenciales para una dieta sana porque aportan vitaminas, minerales, fibra dietética y fitoquímicos. Todas las verduras pueden proteger al ser humano de diversas enfermedades. La promoción de productos vegetales saludables ha coincidido con un aumento del interés de los consumidores por la salubridad de los alimentos. Debido a su sabor, color, aroma, fibra y contenido vitamínico, las verduras en diversas formas (es decir, frescas, zumos, polvo, puré y extracto) son excelentes fuentes para el enriquecimiento de los productos lácteos. Algunos vegetales se consideran potenciales agentes estabilizadores de productos lácteos debido a sus deseables propiedades funcionales, como la capacidad de ligar y retener agua, gelificar y espesar. El enriquecimiento de productos lácteos como quesos, helados y yogures con verduras aumenta el mercado de estos productos debido a la gran demanda de bienes para una dieta mejorada, rica en compuestos con propiedades antioxidantes y biológicas.