El derrame pleural es un problema diagnóstico frecuente en la práctica clínica habitual. Se reconoce la utilidad de la separación inicial en exudados y trasudados. Las principales causas de trasudados pleurales son la insuficiencia cardíaca congestiva (33%-50% del total) y la cirrosis. Si pensamos que el derrame es secundario a la insuficiencia cardíaca, lo indicado es instaurar tratamiento adecuado de la misma, sin embargo, la diuresis puede alterar la bioquímica del líquido pleural, convirtiendo un trasudado pleural en un ¿pseudoexudadö. Hemos intentado aclarar esta incertidumbre, mediante evaluación prospectiva, sistemática y rigurosa. Los parámetros bioquímicos de los trasudados secundarios a insuficiencia cardíaca no presentan modificaciones destacables tras la realización de toracocentesis repetidas cuando la punción no es traumática. El efecto concentrador de los diuréticos produce una elevación precoz de los constituyentes del derrame, ya a las 24 horas de tratamiento, que conlleva una mala clasificación de los derrames como exudados en al menos un 13% de los casos. Este efecto se acentúa conforme pasa el tiempo, con la implicación que tiene en nuestra práctica clínica.