El Ajusticiado
Autor Lucido del Abaes Limba Spaniolă Paperback – 5 oct 2023
Preț: 130.24 lei
Nou
Puncte Express: 195
Preț estimativ în valută:
24.92€ • 26.21$ • 20.76£
24.92€ • 26.21$ • 20.76£
Carte indisponibilă temporar
Doresc să fiu notificat când acest titlu va fi disponibil:
Se trimite...
Preluare comenzi: 021 569.72.76
Specificații
ISBN-13: 9798350918021
Pagini: 408
Dimensiuni: 152 x 229 x 25 mm
Greutate: 0 kg
Editura: stinson art studio
Pagini: 408
Dimensiuni: 152 x 229 x 25 mm
Greutate: 0 kg
Editura: stinson art studio
Notă biografică
En la Isla de los Espí ritus (cementerio de los fallecidos por la fiebre amarilla), en el cruce de los rí os Sarmiento y el Lujá n, revelandose las primeras luces del alba en el Paraná de las Palmas, llego Lú cido a este mundo. Se desconoce en qué añ o, ya que nunca fue inscripto en el Registro Nacional de las Personas. Su madre lo abandonó en el hogar inundado por el agua, junto a su hermano mayor, en una precaria construcció n de madera. Quedaron atrapados en la habitació n del piso alto, que se salvó de ser destruida por la corriente de agua. La mamá, arrojá ndose al rí o, fue arrastrada por la corriente. Un dí a má s tarde, recuperaron su diminuto cuerpo, para desgracia de Lú cido y su hermano. El hermano mayor cuidó de Lú cido desde la niñ ez hasta su partida en 1991. La ú nica forma que concibió de protegerlo fue encerrarlo en una habitació n rectangular, donde le enseñ aba en su tiempo libre a leer y escribir las pocas palabras que conocí a a duras penas. El mobiliario consistí a en una mesa y una banqueta de madera de la misma proporció n, acompañ ado por ciento cinco cajas de lá pices negros usados, un diccionario casi destruido y ajado por el efecto de la humedad y una enorme pila de papel para envolver. Sobre esos recortes, Lú cido escribí a, recibiendo sus mensajes telepá ticos provenientes de un televisor blanco y negro, que funcionaba con un generador de gasolina. Cuando no escribí a, circulaba alrededor de la ú nica mesa. Esperando los mensajes con claridad, de allí provino el nombre: Lú cido.
Siendo casi adulto, repentinamente, a la hora que el sol cae, decidió cambiar de ruta. Comenzó a caminar en lí nea recta, cargando en una vieja mochila sus manuscritos. Con el peso de los papeles casi deshechos por el tiempo, se dirigió a la salida. Desde ese punto de partida y continuando en la misma direcció n, arribó a la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, a un pueblo llamado Tres Fronteras, en Puerto Iguazú, provincia de Misiones. Enamoró a una joven de descendencia india con la cual tuvo una hija, a la que abandona junto a la madre, obedeciendo el llamado a su escritura. No las volvió a ver ni tampoco lo volvieron a ver a é l. Fue su ú ltima vez. Antes de desaparecer, el guardia de la frontera lo obligó a entregar el paquete con los manuscritos, prohibié ndole el paso si no lo concedí a. Fue su primer salvoconducto.
Por un error del Correo Nacional, llegaron a manos de un anciano, que los donó al centro espiritista Kardec, localizado en San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires. Uno de sus miembros descubre el valor de estos escritos, que hoy se conservan en una caja de cristal junto a su mochila y bajo estricta vigilancia, en la sala que lleva su nombre. Este centro basa sus principios fundamentales en la creencia que indica, como primera causa inteligente, la existencia y unicidad de Dios. Ser divino que permite al espí ritu volver a encarnar como humano con el fin de evolucionar (sea para perfeccionarse en virtudes, para expiar faltas pasadas o para ayudar a sus semejantes a progresar). Entendiendo que la evolució n intelectual del humano solo puede reencarnar tanto en hombres como en mujeres.
Las autoridades del centro deciden romper el silencio y darlos a publicar en 2017. Má s allá de estas creencias, equivocadas o no, los hermé ticos textos de Lú cido se publicaron por primera vez durante ese perí odo. Actualmente, estos escritos continú an editá ndose de manera artesanal, reconstruyendo los textos con la mayor fidelidad posible y, en algunos casos, incompletos por su asombrosa trayectoria. En otras oportunidades excepcionales, fueron propagados a travé s de la tradició n oral má s antigua. Costumbre que obliga al receptor a entrenarse de un modo má s sofisticado en el desarrollo de su audició n. Los miembros de este centro creen firmemente que Lú cido del Alba aú n sigue vivo en la selva paraguaya, a veces perciben señ ales de su espí ritu que, en una forma de alta frecuencia, dicta las consignas del futuro, a las cuales los miembros activ
Siendo casi adulto, repentinamente, a la hora que el sol cae, decidió cambiar de ruta. Comenzó a caminar en lí nea recta, cargando en una vieja mochila sus manuscritos. Con el peso de los papeles casi deshechos por el tiempo, se dirigió a la salida. Desde ese punto de partida y continuando en la misma direcció n, arribó a la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, a un pueblo llamado Tres Fronteras, en Puerto Iguazú, provincia de Misiones. Enamoró a una joven de descendencia india con la cual tuvo una hija, a la que abandona junto a la madre, obedeciendo el llamado a su escritura. No las volvió a ver ni tampoco lo volvieron a ver a é l. Fue su ú ltima vez. Antes de desaparecer, el guardia de la frontera lo obligó a entregar el paquete con los manuscritos, prohibié ndole el paso si no lo concedí a. Fue su primer salvoconducto.
Por un error del Correo Nacional, llegaron a manos de un anciano, que los donó al centro espiritista Kardec, localizado en San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires. Uno de sus miembros descubre el valor de estos escritos, que hoy se conservan en una caja de cristal junto a su mochila y bajo estricta vigilancia, en la sala que lleva su nombre. Este centro basa sus principios fundamentales en la creencia que indica, como primera causa inteligente, la existencia y unicidad de Dios. Ser divino que permite al espí ritu volver a encarnar como humano con el fin de evolucionar (sea para perfeccionarse en virtudes, para expiar faltas pasadas o para ayudar a sus semejantes a progresar). Entendiendo que la evolució n intelectual del humano solo puede reencarnar tanto en hombres como en mujeres.
Las autoridades del centro deciden romper el silencio y darlos a publicar en 2017. Má s allá de estas creencias, equivocadas o no, los hermé ticos textos de Lú cido se publicaron por primera vez durante ese perí odo. Actualmente, estos escritos continú an editá ndose de manera artesanal, reconstruyendo los textos con la mayor fidelidad posible y, en algunos casos, incompletos por su asombrosa trayectoria. En otras oportunidades excepcionales, fueron propagados a travé s de la tradició n oral má s antigua. Costumbre que obliga al receptor a entrenarse de un modo má s sofisticado en el desarrollo de su audició n. Los miembros de este centro creen firmemente que Lú cido del Alba aú n sigue vivo en la selva paraguaya, a veces perciben señ ales de su espí ritu que, en una forma de alta frecuencia, dicta las consignas del futuro, a las cuales los miembros activ