El apóstol Pablo en el primer siglo, encargó ha su colaborador Timoteo que buscara hombres fieles que sean idóneos para la transmisión oral y escrita de las enseñanzas apostólicas, ha las nuevas generaciones. Esta búsqueda de hombres fieles e idóneos para el ministerio, han sido siempre una tarea difícil para el ministro. Sin embargo, los ministros lo hicieron con solicitud y prontitud, en todas las etapas de la vida de la iglesia cristiana. Los buenos ministros de Jesucristo, son el resultado de una adecuada guía doctrinal y espiritual de otros ministros maduros en la fe. Puesto que no se puede llegar ha ser un buen ministro de Jesucristo, con el solo hecho de desearlo; se requiere cumplir primero con ciertos requisitos bíblicos establecidos en la Palabra de Dios. Este libro ha sido escrito para los creyentes que quiere servir al Señor con excelencia, en el ministerio que Dios ha diseñado para cada uno. Es igualmente una guía práctica para los creyentes que anhelan ser buenos ministros de Jesucristo. La mediocridad en el ministerio es contagiosa y fácil de imitar, tengan mucho cuidado.