Misteriosa, ir nica, oscur sima, genial, imposible dejarla: esta nueva entrega del comisario Montalbano envuelve al lector en un clima de suspense psicol gico sin tregua y confirma a Camilleri como uno de los maestros indiscutibles del g nero negro. En Vig ta las escenas nocturnas adquieren una belleza leopardiana, pero no absorben el murmullo de las alas invisibles en la tiniebla. En una calle solitaria, una mujer de unos treinta a os es raptada, narcotizada con cloroformo y abandonada sin sufrir violencia ni robo, lo mismo que le ocurri la v spera a la sobrina de Enzo, el propietario de la trattoria favorita de Salvo Montalbano. Ambas tienen en com n la edad y que trabajan en sucursales bancarias. Unos d as m s tarde, otra joven es secuestrada con id ntico modus operandi, pero liberada en este caso con una treintena de cortes superficiales por todo el cuerpo menos la cara. Y coincidiendo con estos sucesos tan extra os, un incendio a todas luces provocado arrasa en parte una tienda cuyo due o y su novia han desaparecido sin dejar rastro. La situaci n huele a mafia, pero el paso del tiempo no ha hecho perder a Montalbano un pice de su fino olfato para descifrar los peque os detalles y captar las motivaciones ocultas. Cuando todo apunta a una explicaci n m s que obvia, el ejercicio de una l gica impecable lleva al comisario hacia una realidad mucho m s compleja, un entramado de perversiones, traiciones y venganzas. En ese laberinto pantanoso de servidumbres y desamores, de l brego malestar, se esconde, entre un d dalo de confusiones, una "c mara de la muerte": la ltima, la m s secreta, el lugar donde lo espera agazapada la verdad. Misteriosa, ir nica, oscur sima, genial, imposible dejarla: esta nueva entrega del comisario Montalbano envuelve al lector en un clima de suspense psicol gico sin tregua y confirma a Andrea Camilleri como uno de los maestros indiscutibles del g nero negro. Rese as: Camilleri es el padrino de la novela negra italiana. -The Guardian

En el fondo, la novela polic aca es otra forma de escribir historia: como en estas cr nicas ficticias del comisario Montalbano, siempre m s veraces que la propia realidad. -Salvatore Silvano Nigro