El Libro de Urantia
Editat de Multiple Authorses Limba Spaniolă Paperback – 30 noi 1999
El mundo necesita nuevas verdades espirituales, que proporcionen a la humanidad de hoy una relación personal con Dios. A partir de la herencia religiosa del mundo, el libro describe un destino eterno para la humanidad y enseña que la fe viviente es la clave para el progreso espiritual y la supervivencia eterna. Estas enseñanzas proporcionan unas verdades tan poderosas que pueden elevar el pensamiento humano en los próximos 1000 años.
Una tercera parte de El libro de Urantia contiene la inspiradora historia de la vida de Jesús y la revelación de sus enseñanzas originales. Esta historia inspiradora transforma el papel de Jesús, que pasa de figura principal del cristianismo a guía de los buscadores de todos los credos y condiciones sociales.
Este libro es una revelación.
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Specificații
ISBN-10: 188339502X
Pagini: 2097
Dimensiuni: 140 x 213 x 38 mm
Greutate: 1.29 kg
Ediția:Third Edition
Editura: Urantia Foundation
Colecția Urantia Foundation
Locul publicării:Canada
Cuprins
Prólogo
Documento 1 - El Padre Universal
Documento 2 - La Naturaleza de Dios
Documento 3 - Los Atributos de Dios
Documento 4 - La Relación de Dios con el Universo
Documento 5 - La Relación de Dios con el Individuo
Documento 6 - El Hijo Eterno
Documento 7 - La Relación del Hijo Eterno con el Universo
Documento 8 - El Espíritu Infinito
Documento 9 - La Relación del Espíritu Infinito con el Universo
Documento 10 - La Trinidad del Paraíso
Documento 11 - La Isla Eterna del Paraíso
Documento 12 - El Universo de los Universos
Documento 13 - Las Esferas Sagradas del Paraíso
Documento 14 - El Universo Central y Divino
Documento 15 - Los Siete Superuniversos
Documento 16 - Los Siete Espíritus Rectores
Documento 17 - Los Siete Grupos de Espíritus Supremos
Documento 18 - Las Personalidades Supremas Trinitarias
Documento 19 - Los Seres Coordinados de Origen en la Trinidad
Documento 20 - Los Hijos de Dios Paradisiacos
Documento 21 - Los Hijos Creadores Paradisiacos
Documento 22 - Los Hijos de Dios Trinidizados
Documento 23 - Los Mensajeros Solitarios
Documento 24 - Las Personalidades Más Elevadas del Espíritu Infinito
Documento 25 - Las Huestes de Mensajeros del Espacio
Documento 26 - Los Espíritus Ministrantes del Universo Central
Documento 27 - El Ministerio de los Supernafines Primarios
Documento 28 - Los Espíritus Ministrantes de los Superuniversos
Documento 29 - Los Directores del Poder Universal
Documento 30 - Las Personalidades del Gran Universo
Documento 31 - El Cuerpo de la Finalidad
Documento 32 - La Evolución de los Universos Locales
Documento 33 - La Administración del Universo Local
Documento 34 - El Espíritu Materno del Universo Local
Documento 35 - Los Hijos de Dios de los Universos Locales
Documento 36 - Los Portadores de Vida
Documento 37 - Las Personalidades del Universo Local
Documento 38 - Los Espíritus Ministrantes del Universo Local
Documento 39 - Las Huestes Seráficas
Documento 40 - Los Hijos de Dios Ascendentes
Documento 41 - Los Aspectos Físicos del Universo Local
Documento 42 - La Energía - La Mente y la Materia
Documento 43 - Las Constelaciones
Documento 44 - Los Artesanos Celestiales
Documento 45 - La Administración del Sistema Local
Documento 46 - La Sede Central del Sistema Local
Documento 47 - Los Siete Mundos de Estancia
Documento 48 - La Vida Morontial
Documento 49 - Los Mundos Habitados
Documento 50 - Los Príncipes Planetarios
Documento 51 - Los Adanes Planetarios
Documento 52 - Las Épocas Planetarias de los Mortales
Documento 53 - La Rebelión de Lucifer
Documento 54 - Los Problemas de la Rebelión de Lucifer
Documento 55 - Las Esferas de Luz y Vida
Documento 56 - Unidad Universal
Documento 57 - El Origen de Urantia
Documento 58 - El Establecimiento de la Vida en Urantia
Documento 59 - La Era de la Vida Marina en Urantia
Documento 60 - Urantia Durante la Era Primitiva de la Vida Terrestre
Documento 61 - La Era de los Mamíferos en Urantia
Documento 62 - Las Razas Protohumanas del Hombre Primitivo
Documento 63 - La Primera Familia Humana
Documento 64 - Las Razas Evolucionarias de Color
Documento 65 - La Supervisión de la Evolución
Documento 66 - El Príncipe Planetario de Urantia
Documento 67 - La Rebelión Planetaria
Documento 68 - Los Albores de la Civilización
Documento 69 - Las Instituciones Humanas Primitivas
Documento 70 - La Evolución del Gobierno Humano
Documento 71 - El Desarrollo del Estado
Documento 72 - El Gobierno de un Planeta Vecino
Documento 73 - El Jardín del Edén
Documento 74 - Adán y Eva
Documento 75 - La Falta de Adán y Eva
Documento 76 - El Segundo Jardín
Documento 77 - Los Seres Intermedios
Documento 78 - La Raza Violeta Después de los Días de Adán
Documento 79 - La Expansión Andita en el Oriente
Documento 80 - La Expansión Andita en el Occidente
Documento 81 - El Desarrollo de la Civilización Moderna
Documento 82 - La Evolución del Matrimonio
Documento 83 - La Institución del Matrimonio
Documento 84 - Matrimonio y Vida Familiar
Documento 85 - Los Orígenes de la Adoración
Documento 86 - La Evolución Primitiva de la Religión
Documento 87 - Los Cultos a los Fantasmas
Documento 88 - Los Fetiches, los Amuletos y la Magia
Documento 89 - El Pecado, el Sacrificio y la Expiación
Documento 90 - El Shamanismo - Los Curanderos y los Sacerdotes
Documento 91 - La Evolución de la Oración
Documento 92 - La Evolución Ulterior de la Religión
Documento 93 - Maquiventa Melquisedek
Documento 94 - Las Enseñanzas de Melquisedek en el Oriente
Documento 95 - Las Enseñanzas de Melquisedek en el Levante
Documento 96 - Yahvé - El Dios de los Hebreos
Documento 97 - Evolución del Concepto de Dios Entre los Hebreos
Documento 98 - Las Enseñanzas de Melquisedek en el Occidente
Documento 99 - Los Problemas Sociales de la Religión
Documento 100 - La Religión en la Experiencia Humana
Documento 101 - La Verdadera Naturaleza de la Religión
Documento 102 - Los Cimientos de la Fe Religiosa
Documento 103 - La Realidad de la Experiencia Religiosa
Documento 104 - El Crecimiento del Concepto de la Trinidad
Documento 105 - La Deidad y la Realidad
Documento 106 - Los Niveles de la Realidad en el Universo
Documento 107 - El Origen y la Naturaleza de los Ajustadores del Pensamiento
Documento 108 - La Misión y el Ministerio de los Ajustadores del Pensamiento
Documento 109 - La Relación de los Ajustadores con las Criaturas del Universo
Documento 110 - La Relación de los Ajustadores con los Seres Mortales
Documento 111 - El Ajustador y el Alma
Documento 112 - La Sobrevivencia de la Personalidad
Documento 113 - Los Guardianes Seráficos del Destino
Documento 114 - El Gobierno Planetario Seráfico
Documento 115 - El Ser Supremo
Documento 116 - El Supremo Todopoderoso
Documento 117 - Dios el Supremo
Documento 118 - El Supremo y el Ultimo - El Tiempo y el Espacio
Documento 119 - Los Autootorgamientos de Cristo Micael
Documento 120 - El Autootorgamiento de Micael en Urantia
Documento 121 - Los Tiempos del Autootorgamiento de Micael
Documento 122 - El Nacimiento y la Infancia de Jesús
Documento 123 - La Infancia de Jesús
Documento 124 - La Niñez Posterior de Jesús
Documento 125 - Jesús en Jerusalén
Documento 126 - Los Dos Años Cruciales
Documento 127 - Los Años de la Adolescencia
Documento 128 - Los Primeros Años de la Vida Adulta de Jesús
Documento 129 - La Vida Adulta de Jesús
Documento 130 - En el Camino a Roma
Documento 131 - Las Religiones del Mundo
Documento 132 - La Estadía en Roma
Documento 133 - El Regreso de Roma
Documento 134 - Los Años de Transición
Documento 135 - Juan el Bautista
Documento 136 - El Bautismo y los Cuarenta Días
Documento 137 - El Tiempo de Espera en Galilea
Documento 138 - La Capacitación de los Mensajeros del Reino
Documento 139 - Los Doce Apóstoles
Documento 140 - La Ordenación de los Doce
Documento 141 - El Comienzo de la Obra Pública
Documento 142 - La Pascua en Jerusalén
Documento 143 - De Paso por Samaria
Documento 144 - En Gilboa y en la Decápolis
Documento 145 - Cuatro Días Memorables en Capernaum
Documento 146 - La Primera Gira de Predicación en Galilea
Documento 147 - El Interludio en Jerusalén
Documento 148 - La Capacitación de los Evangelistas en Betsaida
Documento 149 - La Segunda Gira de Predicación
Documento 150 - La Tercera Gira de Predicación
Documento 151 - La Estadía y la Enseñanza Junto al Mar
Documento 152 - Los Acontecimientos que Condujerona la Crisis de Capernaum
Documento 153 - La Crisis en Capernaum
Documento 154 - Los Últimos Días en Capernaum
Documento 155 - La Huida por la Galilea del Norte
Documento 156 - La Estadía en Tiro y Sidón
Documento 157 - En Cesarea de Filipo
Documento 158 - El Monte de la Transfiguración
Documento 159 - La Gira por la Decápolis
Documento 160 - Rodán de Alejandría
Documento 161 - Las Conversaciones Ulteriores con Rodán
Documento 162 - En la Fiesta de los Tabernáculos
Documento 163 - La Ordenación de los Setenta en Magadán
Documento 164 - En la Fiesta de la Consagración del Templo
Documento 165 - Comienza la Misión de Perea
Documento 166 - La Última Visita al Norte de Perea
Documento 167 - La Visita a Filadelfia
Documento 168 - La Resurrección de Lázaro
Documento 169 - La Última Enseñanza en Pella
Documento 170 - El Reino del Cielo
Documento 171 - Camino a Jerusalén
Documento 172 - La Entrada a Jerusalén
Documento 173 - El Lunes en Jerusalén
Documento 174 - Martes por la Mañana en el Templo
Documento 175 - El Último Discurso en el Templo
Documento 176 - El Anochecer del Martes en el Monte de los Olivos
Documento 177 - El Miércoles, Día de Descanso
Documento 178 - El Último Día en el Campamento
Documento 179 - La Última Cena
Documento 180 - El Discurso de Despedida
Documento 181 - Las Advertencias y Admoniciones Finales
Documento 182 - En Getsemaní
Documento 183 - La Traición y el Arresto de Jesús
Documento 184 - Ante el Tribunal del Sanedrín
Documento 185 - El Juicio Ante Pilato
Documento 186 - Poco Antes de la Crucifixión
Documento 187 - La Crucifixión
Documento 188 - El Período en la Tumba
Documento 189 - La Resurrección
Documento 190 - Las Apariciones Morontiales de Jesús
Documento 191 - Las Apariciones a los Apóstoles y a Otros Líderes
Documento 192 - Las Apariciones en Galilea
Documento 193 - Las Apariciones Finales y la Ascensión
Documento 194 - El Advenimiento del Espíritu de la Verdad
Documento 195 - Después de Pentecostés
Documento 196 - La Fe de Jesús
Extras
El Padre Universal
(21.1) 1:0.1 EL Padre Universal es el Dios de toda la creación, la Primera Fuente y Centro de todas las cosas y todos los seres. Pensad primero en Dios como creador, luego, como controlador, y finalmente, como sustentador infinito. La verdad sobre el Padre Universal había comenzado a alborear sobre la humanidad cuando el profeta dijo: «Tú solo eres Dios; no hay nadie sino tú. Tú hiciste el cielo y el cielo de los cielos, con todo su ejército; tú los preservas y los controlas. Por los Hijos de Dios fueron hechos los universos. El Creador se cubre de luz como de vestidura y extiende los cielos como una cortina». Sólo el concepto del Padre Universal —un solo Dios en lugar de muchos dioses— permitió al hombre mortal comprender al Padre como creador divino y controlador infinito.
(21.2) 1:0.2 Las miríadas de sistemas planetarios se formaron para que finalmente las habitaran muchos tipos diferentes de criaturas inteligentes, seres que pudieran conocer a Dios, recibir el afecto divino, y amarle a su vez. El universo de universos es la obra de Dios y la morada de sus diversas criaturas. «Dios creó los cielos y formó la tierra; estableció el universo y no creó este mundo en vano; para que fuera habitado lo creó».
(21.3) 1:0.3 Todos los mundos esclarecidos reconocen y adoran al Padre Universal, el hacedor eterno y sustentador infinito de toda la creación. Las criaturas volitivas de universo tras universo han emprendido el largo, muy largo, viaje al Paraíso, que es el desafío fascinador de la aventura eterna de llegar a Dios el Padre. La meta trascendente de los hijos del tiempo es encontrar al Dios eterno, comprender la naturaleza divina, reconocer al Padre Universal. Las criaturas que conocen a Dios tienen una sola ambición suprema, un solo ardiente deseo, y ése es llegar —como son en sus esferas— a ser semejantes a como es él en su perfección paradisiaca de personalidad y en su esfera universal de supremacía recta. Del Padre Universal que habita la eternidad ha emanado el mandato supremo: «Sed vosotros perfectos, así como yo soy perfecto». En amor y misericordia, los mensajeros del Paraíso han llevado esta exhortación divina a través de las edades y a través de los universos, aún hasta llegar a las criaturas tan bajas de origen animal como lo son las razas humanas de Urantia.
(22.1) 1:0.4 Este magnífico mandato universal de esforzarse por alcanzar la perfección de la divinidad es el deber principal, y debería ser la más alta ambición, de toda la creación de criaturas forcejeantes del Dios de perfección. Esta posibilidad de alcanzar la perfección divina es el destino final y certero de todo progreso espiritual eterno del hombre.
(22.2) 1:0.5 Los mortales de Urantia dificilmente pueden esperar ser perfectos en el sentido infinito, pero es enteramente posible para los seres humanos, que comienzan como lo hacen en este planeta, alcanzar la meta excelsa y divina que el Dios infinito ha puesto para el hombre mortal; y cuando alcancen este destino estarán, en todo lo que corresponde a la autorrealización y alcance de la mente, tan pletóricos en su esfera de perfección divina como Dios mismo lo está en su esfera de infinidad y eternidad. Puede que tal perfección no sea universal en el sentido material, ni ilimitada en comprensión intelectual, ni final en experiencia espiritual, pero es final y completa en todos los aspectos finitos de divinidad de voluntad, perfección de motivación de personalidad, y conciencia de Dios.
(22.3) 1:0.6 Éste es el verdadero significado de ese mandato divino: «Sed perfectos, así como yo soy perfecto», que insta constantemente al hombre mortal hacia adelante y le atrae hacia adentro en esa larga y fascinadora lucha por alcanzar niveles cada vez más elevados de valores espirituales y auténticos significados de universo. Esta sublime búsqueda del Dios de los universos es la aventura suprema de los habitantes de todos los mundos del tiempo y el espacio.
1. El Nombre del Padre
(22.4) 1:1.1 A través de los universos, de todos los nombres por los que se conoce a Dios el Padre, los que se encuentran más frecuentemente son los que le designan como la Primera Fuente y Centro Universal. El Primer Padre se conoce por varios nombres en diferentes universos y en diferentes sectores del mismo universo. Los nombres que la criatura asigna al Creador dependen en gran medida del concepto que tiene la criatura acerca del Creador. La Primera Fuente y Centro Universal no se ha revelado nunca por su nombre, sólo por su naturaleza. Si creemos que somos los hijos de este Creador, sólo es natural que lleguemos a llamarle Padre. Pero éste es un nombre de nuestra propia elección, y parte del reconocimiento de nuestra relación personal con la Primera Fuente y Centro.
(22.5) 1:1.2 El Padre Universal nunca impone ninguna forma de reconocimiento arbitrario, de adoración formal, ni de servicio servil a las criaturas volitivas inteligentes de los universos. Los habitantes evolucionarios de los mundos del tiempo y el espacio deben por sí mismos —en su corazón— reconocerle, amarle, y voluntariamente adorarle. El Creador rehusa ejercer coerción o imponer la sumisión al libre albedrío espiritual de sus criaturas materiales. La afectuosa dedicación de la voluntad humana a hacer la voluntad del Padre es el regalo más selecto que el hombre puede hacer a Dios; en efecto, tal consagración de la voluntad de la criatura constituye la única dádiva posible de verdadero valor que puede hacer el hombre al Padre Paradisiaco. En Dios, el hombre vive, se mueve, y tiene su ser; no hay nada que el hombre pueda dar a Dios excepto esta elección de atenerse a la voluntad del Padre, y estas decisiones, efectuadas por las criaturas volitivas inteligentes de los universos, constituyen la realidad de esa adoración auténtica que es tan satisfactoria para la naturaleza del Padre Creador dominada por el amor.
(22.6) 1:1.3 Cuando hayáis obtenido verdaderamente conciencia de Dios, luego de descubrir realmente al Creador majestuoso y cuando comencéis a experimentar la comprensión de la presencia del controlador divino que en vosotros reside, entonces, según vuestro esclarecimiento y de acuerdo con la manera y método mediante los cuales revelan a Dios los Hijos divinos, encontraréis un nombre para el Padre Universal, que expresará adecuadamente vuestro concepto de la Primera Fuente y Centro. Así pues, en diferentes mundos y en varios universos, el Creador se reconoce por numerosos apelativos, que en espíritu de relación significan todos lo mismo, pero, en palabras y símbolos, cada nombre responde al grado, la profundidad, de su entronización en el corazón de sus criaturas de determinado dominio.
(23.1) 1:1.4 Cerca del centro del universo de universos, el Padre Universal suele conocerse por nombres que pueden considerarse representativos de la Primera Fuente. Más allá en los universos del espacio, los términos empleados para designar al Padre Universal significan más frecuentemente el Centro Universal. Aún más allá en la creación estelar, como en el mundo sede central de vuestro universo local, se le conoce como la Primera Fuente Creadora y el Centro Divino. En una constelación cercana, Dios se denomina el Padre de los Universos. En otro, el Sustentador Infinito, y hacia el este, el Controlador Divino. Él también ha sido designado como el Padre de las Luces, el Don de Vida, y el Único Todopotente.
(23.2) 1:1.5 En aquellos mundos en los que ha vivido una vida de otorgamiento un Hijo Paradisiaco, a Dios generalmente se le conoce por algún nombre indicativo de relación personal, afecto tierno, y devoción paterna. En la sede central de vuestra constelación se refieren a Dios como el Padre Universal y en diferentes planetas de vuestro sistema local de mundos habitados, es conocido alternativamente como el Padre de Padres, el Padre Paradisiaco, el Padre de Havona, y el Padre Espíritu. Los que conocen a Dios a través de las revelaciones de los otorgamientos de los Hijos Paradisiacos, ceden con el tiempo a la atracción sentimental de la relación conmovedora de la asociación de Creador—criatura, y se refieren a Dios como «nuestro Padre».
(23.3) 1:1.6 En un planeta de criaturas con sexo, en un mundo en el cual los impulsos de la emoción paternal son intrínsecos en el corazón de sus seres inteligentes, el término Padre se vuelve un nombre muy expresivo y apropiado para el Dios eterno. Él es mejor conocido, más universalmente reconocido, en vuestro planeta, Urantia, por el nombre de Dios. El nombre que se le dé es de poca importancia; lo significativo es que debéis conocerle y aspirar a ser semejante a él. Vuestros profetas de antaño le llamaron con verdad «el Dios sempiterno» y se refirieron a él como el que «mora en la eternidad».
2. La Realidad de Dios
(23.4) 1:2.1 Dios es realidad primordial en el mundo del espíritu; Dios es la fuente de la verdad en las esferas de la mente; Dios envía su sombra por todas partes de los reinos materiales. Para todas las inteligencias creadas, Dios es una personalidad, y para el universo de universos él es la Primera Fuente y Centro de la realidad eterna. Dios no es ni semejante al hombre ni a la máquina. El Padre Primero es espíritu universal, verdad eterna, realidad infinita, y personalidad paterna.
(23.5) 1:2.2 El Dios eterno es infinitamente más que realidad idealizada o el universo personalizado. Dios no es simplemente el deseo supremo del hombre, la búsqueda mortal objetivada. Tampoco es Dios meramente un concepto, el potencial de poder de la rectitud. El Padre Universal no es un sinónimo de naturaleza, tampoco es él la ley natural personificada. Dios es una realidad trascendente, no simplemente el concepto tradicional humano de los valores supremos. Dios no es una focalización psicológica de los significados espirituales, ni es la «la obra más noble del hombre». Dios puede ser cualquiera de estos conceptos o todos ellos en la mente de los hombres, pero él es aún más. Él es una persona salvadora y un Padre amante para todos los que disfrutan de paz espiritual en la tierra, y que anhelan experimentar la supervivencia de la personalidad en la muerte.
(24.1) 1:2.3 La actualidad de la existencia de Dios se demuestra en la experiencia humana por el hecho que él dentro de sí tiene la presencia divina, el Monitor espíritu enviado desde el Paraíso para residir en la mente mortal del hombre y allí ayudar a la evolución del alma inmortal de supervivencia eterna. Tres fenómenos experienciales revelan la presencia de este Ajustador divino en la mente humana:
(24.2) 1:2.4 1. La capacidad intelectual de conocer a Dios: conciencia de Dios.
(24.3) 1:2.5 2. El impulso espiritual de encontrar a Dios: búsqueda de Dios.
(24.4) 1:2.6 3. El anhelo de la personalidad de ser como Dios: el deseo plenamente sincero de hacer la voluntad del Padre.
(24.5) 1:2.7 La existencia de Dios jamás puede probarse por experimentos científicos ni por la pura razón de la deducción lógica. Dios se puede realizar sólo en los dominios de la experiencia humana; sin embargo, el verdadero concepto de la realidad de Dios es razonable para la lógica, plausible para la filosofía, esencial para la religión, e indispensable para toda esperanza de supervivencia de la personalidad.
(24.6) 1:2.8 Los que conocen a Dios han experimentado el hecho de su presencia; tales mortales conocedores de Dios poseen en su experiencia personal la única prueba positiva de la existencia del Dios viviente la cual puede ofrecer un ser humano a otro. La existencia de Dios está totalmente más allá de toda posibilidad de demostración salvo por el contacto entre la conciencia de Dios en la mente humana y la presencia de Dios en la forma del Ajustador del Pensamiento que mora en el intelecto mortal y que es otorgado al hombre como la dádiva gratuita del Padre Universal.
(24.7) 1:2.9 En teoría vosotros podéis pensar en Dios como el Creador, y él es el Creador personal del Paraíso y del universo central de perfección, pero los universos del tiempo y el espacio son todos creados y organizados por el cuerpo paradisiaco de los Hijos Creadores. El Padre Universal no es el creador
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Partes 1 y 2: Dios, los universos habitados, la vida después de la muerte, los ángeles y otros seres, la guerra en el cielo.
Parte 3: La historia del mundo, la ciencia y la evolución, Adán y Eva, el desarrollo de la civilización, el matrimonio y la familia, el crecimiento espiritual personal.
Parte 4: La vida y las enseñanzas de Jesús incluyendo sus años ocultos. Y mucho más…
Pasajes:
Dios ~ Dios es el origen y el destino de todo lo que es bueno y bello y verdadero. [p1431] Si realmente quieres encontrar a Dios, ese deseo es en sí prueba de que ya lo has encontrado. [p1440] Cuando el hombre se asocia con Dios, pueden ocurrir, y ocurren, realmente cosas grandiosas. [p1467]
El Origen de la Humanidad ~ El universo no es un accidente… [p52] El universo de universos es la obra de Dios y la morada de sus diversas criaturas. [p21] Los planetas evolucionarios son las esferas del origen humano…Urantia [Tierra] es tu punto de partida. [p1225] En Dios, el hombre vive, se mueve, y tiene su ser. [p22]
El Propósito de la Vida ~ Hay en la mente de Dios un plan que involucra a cada criatura de todos sus vastos dominios, y este plan consiste en un propósito eterno de oportunidades ilimitadas, progreso sin límites, y una vida sin fin. [p365] Este nuevo evangelio del reino rinde un gran servicio al arte de vivir en cuanto provee un incentivo nuevo y más rico para un vivir más elevado. [p1778]
Jesús ~ La religión de Jesús es la influencia más dinámica que haya activado jamás a la raza humana. [p1091] ¡Qué despertar experimentaría el mundo si tan sólo pudiera ver a Jesús así como él realmente vivió en la tierra, y conocer, de primera mano, sus enseñanzas dadoras de vida! [p2083]
Ciencia ~ La ciencia, guiada por la sabiduría, puede tornarse el gran liberador social del hombre. [p909] El hombre mortal no es un accidente evolucionario. Existe un sistema preciso, una ley universal, que determina el desarrollo del plan de vida planetario en las esferas del espacio. [p560]
La Vida Después de la Muerte ~ El amor de Dios es universal… “No desea que ninguno perezca.” [p39] Tu corta estadía en Urantia [Tierra]…es tan sólo un eslabón, el primero en la larga cadena que ha de extenderse a través de los universos y a través de las edades eternas. [p435] …[L]a muerte es tan sólo el comienzo de una interminable carrera de aventura, una vida sempiterna de anticipación, un viaje eterno de descubrimiento. [p159]