Las empresas se enfrentan constantemente al reto de mejorar sus resultados en un entorno cada vez más inestable y arriesgado. La actual crisis financiera y económica se ha convertido en una confirmación de esta evolución y, por tanto, en un verdadero vector de concienciación sobre la importancia del buen gobierno de las empresas. En este contexto, los directivos sienten la necesidad de tranquilizar a los accionistas y a las partes interesadas incluyendo el control de gestión y la auditoría interna en su política de gobierno. El control de gestión opera en el mismo ámbito que la auditoría interna. En efecto, el control de gestión contribuye a mejorar la eficacia dentro de la entidad y a la consecución de los objetivos. Mientras que el auditor interno emite un juicio sobre la eficacia del control de gestión para contribuir a mejorarlo...