El sistema fiscal marroquí es esencialmente declarativo, los contribuyentes deben declarar espontáneamente sus beneficios e ingresos y el control de la administración se efectúa a menudo a posteriori. Este control no se hace arbitrariamente, sino según un procedimiento bien determinado por el legislador "el procedimiento normal de rectificación tras la verificación de las cuentas", se trata de un conjunto de técnicas para controlar y garantizar la sinceridad de las cuentas y declaraciones presentadas. Al hablar de este procedimiento, es esencial recordar que hay dos actores principales, a saber, la administración y el contribuyente, y que las reglas del juego pueden resumirse en el marco de las competencias de la administración y la definición de un marco de protección del contribuyente. Para garantizar esta protección, el legislador le ha dado una serie de garantías en forma de normas de procedimiento que se imponen a la administración a la hora de aplicar estos instrumentos de control, estas normas tienen una importancia fundamental.