Durante mucho tiempo, la investigación criminológica se ha centrado en el autor y el acto, olvidando así una parte importante del fenómeno delictivo: la víctima. Dado que el delito es la reacción de una personalidad ante una situación determinada, tras estudiar al delincuente y el acto delictivo, el siguiente paso lógico era estudiar a la víctima. El presente estudio no pretende culpabilizar ni condenar a las víctimas, sino simplemente estudiar su actitud, su comportamiento y, por tanto, su posible contribución al delito. Se trata de un estudio etiológico que se centra, por un lado, en la participación de la víctima en la situación predelictiva y, por otro, en el acto en sí.