Elegí este tema porque veo con gran dolor en mi corazón que en la iglesia de hoy en día hay una necesidad imperante de conocer más acerca de nuestros orígenes cristianos. Empezando desde el tabernáculo de reunión ordenado por el mismo Dios para alabanza de su glorioso nombre, donde su espíritu mismo se hacía evidentemente presente en cada una de las reuniones. Continuando con el Templo del Rey Salomón, donde el pueblo de Dios se reunía, el Shekinah (la misma gloria de Dios) bajaba e inundaba toda la casa de adoración. Terminando con la iglesia de hoy casi en vías de la extinción, por falta de aquella presencia divina, de aquella Gloria Divina, del Shekinah que la llene del Espíritu Santo, que la redarguya y la sane. Pero ¿Por qué? Todo por la falta de interés, por falta de una convicción firme en la adoración al Dios dueño y Señor, amo y hacedor de todas las cosas. La iglesia naciente en el tabernáculo, era una iglesia que influenciaba a las comunidades, a los pueblos y a las naciones. Desde una base móvil, transportable, Dios se movía en medio de la alabanza de su pueblo, reconociendo al Dios de Israel como su Dios.