El com n denominador de la gente cree, equivocadamente, que se puede tener una buena y efectiva opini n pol tica y, lo que es peor a n, tomar buenas y acertadas decisiones a partir de ella, sin informaci n y conocimientos bien fundados. Este es un error que se paga car simo. Y, por supuesto, quienes m s lo sienten y padecen son los sectores populares, que hoy son m s amplios de lo que creemos, porque, adem s de los obreros, los trabajadores informales, los desempleados, tenemos que incluir a los profesionales, peque os y medianos comerciantes, peque os y medianos industriales, docentes, empleados de todo tipo, etc. Precisamente a este extenso sector est dirigido este ensayo. Desarrollamos aqu un tema que, aunque naturalmente no est instalado en los medios de comunicaci n hegem nicos, es de extraordinaria actualidad. Sus cap tulos recorren una serie de pasos l gicos y necesarios para lograr una comprensi n cr tica del hecho pol tico, fundamental para conseguir una participaci n social realmente activa y participativa, como nica posibilidad de sustanciar una verdadera democracia, esto es, con justicia social.