El petróleo sigue siendo una importante fuente de energía para la industria y la vida cotidiana. Hay reservas de petróleo suficientes para mantener la tendencia durante las próximas décadas. El afán por satisfacer la creciente demanda mundial de petróleo se ha asociado a un aumento proporcional de la contaminación por hidrocarburos. Los hidrocarburos del petróleo llegan al medio ambiente principalmente a través de filtraciones naturales o derrames y fugas durante la exploración, producción, refinado, transporte, uso, almacenamiento y eliminación de residuos del petróleo. Sin embargo, los procesos industriales y las actividades inducidas por el hombre siguen siendo las principales vías de introducción de hidrocarburos en los ecosistemas acuáticos y del suelo. Los vertidos de petróleo en los ecosistemas acuáticos y terrestres resultantes de las actividades previas y posteriores de la industria petrolera ascienden a varios millones de toneladas al año a escala mundial. Independientemente de la vía de entrada, los hidrocarburos pueden acabar en las reservas de aguas subterráneas, lagos y cursos de agua con fines industriales y domésticos y persistir durante años con efectos adversos para los seres humanos, los animales y la vegetación.