El libro analiza el nexo entre el federalismo, la legislación internacional sobre derechos humanos, los derechos de las minorías y el derecho a la autodeterminación, señalando a su vez cómo la intersección de estos afecta al régimen de conflicto en la República Democrática Federal de Etiopía (RDFE). Los méritos y deméritos del federalismo como facilitador de la democracia y la paz se miden mediante una evaluación de cómo las disposiciones y prácticas constitucionales de la RDFE han permitido gestionar con éxito las diversidades étnicas, promover la buena gobernanza, respetar los derechos humanos y fomentar los principios de igualdad y equidad entre los grupos étnicos. La Constitución de la RDFE se evalúa desde el punto de vista de su conformidad con el DIDH, así como de la forma en que sus dirigentes equilibran la norma y la práctica constitucionales. El análisis registra una aguda ironía y una enorme brecha entre lo que la Constitución de la RDFE afirma proporcionar a los ciudadanos y lo que permite en la práctica. Este "déficit de constitucionalismo" explica los crecientes niveles de conflicto en el país hasta la fecha.