El presente trabajo aborda los retos a los que se enfrenta el tutor que actúa como mediador en la Educación a Distancia (EAD) y su necesaria conducta ética para hacer frente a los posibles problemas encontrados. La reflexión motivadora es que la ética debe impregnar todas las relaciones humanas. La conducta del tutor es una pieza clave en este proceso, ya que le corresponde demostrar y asegurar: lealtad en el grupo, profesionalidad, dedicación en las actividades, sentido común. Además de mejorar constantemente en su área de conocimiento y en el uso de las nuevas tecnologías disponibles, el tutor debe interiorizar los principios éticos, con el objetivo de establecer una relación de empatía y cooperación mutua, subsidios de una educación plena y ciudadana.