La planta de tratamiento debe estar situada lo más cerca posible del punto de vertido. Si las aguas residuales se vierten finalmente al río, la depuradora debe situarse cerca de la orilla. Al ubicar el emplazamiento, hay que tener cuidado de que esté en la parte baja de la ciudad y suficientemente alejado de las obras de toma de agua. Si finalmente las aguas residuales se vierten a la tierra, la planta de tratamiento debe estar situada cerca de la tierra, en un lugar desde el que las aguas residuales tratadas puedan fluir directamente por gravedad hacia el punto de vertido.