El hormigón es uno de los materiales más utilizados en el mundo. Sin embargo, la industria del hormigón se enfrenta a una serie de problemas medioambientales y energéticos. Es bien sabido que la producción de cemento, el principal componente del hormigón, consume una gran cantidad de energía y causa una serie de problemas medioambientales, entre ellos: un importante consumo de recursos naturales, la liberación de polvo y ciertos contaminantes, e importantes emisiones de gases de efecto invernadero. Una posible solución es sustituir el cemento por otros aglutinantes, como los geopolímeros. Estos materiales suelen sintetizarse a partir de la reacción química entre polvo de aluminosilicato y una solución alcalina. El aglutinante así obtenido puede garantizar propiedades y prestaciones muy significativas. Además, los avances en el conocimiento de este aglutinante demuestran que puede ser una alternativa muy eficaz y pertinente al cemento en la fabricación de hormigón.