Se presenta aquí una ponderación sobre la aparente laicidad del Estado brasileño, demostrando la influencia de la creencia religiosa en la esfera político-legislativa desde una perspectiva histórico-constitucional. El Estado laico tiene una posición neutral en el campo religioso. También conocido como Estado laico, preserva el principio de imparcialidad en materia religiosa, no apoya ni discrimina ninguna religión. Defiende la libertad religiosa de todos los suyos y no permite la injerencia de corrientes religiosas en asuntos sociopolíticos - busca el Estado democrático de derecho para garantizar los derechos fundamentales. La Constitución afirma la laicidad de Brasil - aunque la tradición religiosa sigue muy presente y ya no exclusivamente a través de la Iglesia Católica. Por lo tanto, observando la evolución del Estado y de las principales religiones a lo largo de los siglos, se puede ver que siempre han estado lado a lado, e incluso representadas en un mismo cuerpo. Incluso hoy tenemos los llamados Estados confesionales, en los que se adopta una religión oficial. Por tanto, un escenario digno de conocimiento y análisis.