Este libro es la triste realidad de las deplorables condiciones en que estudian los alumnos chadianos en las universidades e institutos públicos. Un país como Chad, con todas sus riquezas, productor de petróleo, cuyas universidades forman a más de 30.000 licenciados al año, es sacrificado a intereses egoístas. No saben lo que han venido a hacer, lo único que saben es entrar en Internet, descargar el curso y volver para que los alumnos lo copien sin explicación. Es lo de siempre para los profesores. Ponen sus cursos en folletos para que los alumnos los compren. Los profesores se comportan como rivales de los alumnos a causa de las jóvenes estudiantes, y los jefes del departamento central de escolarización y exámenes no hacen más que sacar dinero de las manos de los estudiantes que han terminado con sus licencias, especialmente en la Universidad de Moundou.