El concepto más aceptado de sostenibilidad, tal y como se definió durante la Comisión Bruntland en 1987, es "satisfacer las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". Los objetivos de proporcionar características sostenibles en el diseño y la construcción de un corredor de transporte en un entorno urbano son minimizar el impacto en los recursos medioambientales, el consumo de recursos materiales y el consumo de energía, fomentar el uso de enfoques nuevos e innovadores, mejorar el contexto histórico, paisajístico y estético e integrarse en la comunidad de forma que ayude a preservar y mejorar la vida de la comunidad, fomentar la participación de la comunidad en el proceso de planificación del transporte, fomentar la integración de los medios de transporte no motorizados y, por último, encontrar un equilibrio entre lo que es importante para la comunidad, para el entorno natural y es económicamente sólido. Estos tres parámetros, es decir, el social, el económico y el medioambiental, son los más comúnmente aceptados como tres pilares de la sostenibilidad.