En la última década, se empezó a destacar el papel de los cuidadores familiares, en respuesta a los límites de los modelos de toma de decisiones compartidas que se centran solo en las interacciones entre paciente y médico (Kristopher, 2017). Algunos pacientes no están seguros del valor de su propia decisión y querían dejar la decisión en manos de otros (Olssonet al., 2016). Recientemente, las tasas de alta de los pacientes hospitalizados son cada vez más altas. Por lo tanto, los ancianos con enfermedades crónicas viven más tiempo. Muchos pacientes con enfermedades crónicas viven con sus familias que los cuidan. Los miembros de la familia que proporcionan cuidados a sus pacientes en el hogar se denominan cuidadores familiares. Un cuidador familiar es cualquier pariente, pareja, amigo o vecino que tiene una relación personal importante con una persona mayor o un adulto con una enfermedad crónica o incapacitante y le proporciona una amplia gama de asistencia. Estas personas pueden ser cuidadores primarios o secundarios y vivir con la persona que recibe los cuidados o por separado (Alliance, 2015). Los enfoques de la atención centrada en el paciente y la familia y la toma de decisiones compartida reflejan y aceleran el cambio de roles de los pacientes y las familias en la atención sanitaria a medida que se vuelven más activos, informados e influyentes.