A pesar del aumento de los conocimientos, las muertes por cáncer aumentan día a día. Los tipos más frecuentes de cáncer son los de pulmón, hígado, colorrectal, estómago y mama. Las estrategias de tratamiento convencionales, como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la terapia hormonal y la inmunoterapia, están resultando insuficientes para frenar y curar el cáncer. Además, están asociadas a graves efectos secundarios. Las nuevas teorías sobre las células madre del cáncer también han hecho que el tratamiento sea más crítico. Para superar estas situaciones alarmantes, se están proponiendo fitoquímicos que han demostrado ser una alternativa a las terapias convencionales con efectos secundarios mínimos o nulos. De los miles de defensas naturales de las plantas, pocos fitoquímicos se han estudiado en profundidad y se ha demostrado que son anticancerígenos. Entre ellos destacan los glucósidos, alcaloides, terpenoides, polifenoles, ligninas, esteroles, curcuminoides y saponinas derivados de plantas. Interrumpen las vías de señalización celular relacionadas con el cáncer, lo que conduce finalmente a la muerte de las células cancerosas. Apenas ejercen efectos nocivos para la salud humana. Son eficaces contra todos los tipos de cáncer y preventivos si se consumen a diario en la dieta.