En la vida cotidiana nos encontramos con roces. La ortodoncia también se ve afectada por la fricción. La fricción es indeseable en muchas circunstancias terapéuticas. Por lo tanto, es necesario reducir la fricción para reducir la duración del tratamiento y disminuir cualquier efecto secundario. La gran variedad de combinaciones de aparatos con sistemas deslizantes hace extremadamente difícil crear un sistema de fuerzas que sea ideal para el movimiento dental. Antes de emitir juicios, todo clínico debe sopesar las ventajas e inconvenientes de la mecánica de fricción y conocer la biomecánica subyacente.