Argel Grisolle Ch vez, naci en la ciudad y puerto de Ensenada, municipio de Baja California, actualmente es propietario de ACAM, residencia para adultos mayores, una de las principales franquicias a nivel nacional especializada en el cuidado y atenci n de personas de la tercera edad. Inici sus labores como cuidador geron-tol gico en el a o dos mil uno, en su natal Ensenada, tras cuidar a su hermano menor, quien falleciera, despu s de varios a os en coma, como consecuencia de un accidente automovil stico y una mala pr ctica m dica. En aquel entonces Argel junto con su hermana Hiran y Eva, su mam , por m s de tres a os cuid a Aurelio, a quien dedica esta obra, y al sufrir lo que actualmente se conoce como el s ndrome Colapso de Cuidador, decide mejor continuar con su camino sin saber que eso marcar a su vida para siempre. Antes de partir Aurelio y despu s de meditar bien las cosas, decide ingresar como cuidador gerontol gico en la casa de asistencia que actualmente es de su propiedad. Desde el inicio de su carrera Argel ha buscado capacitarse y conocer a profundidad las t cnicas, procesos y procedimientos en el cuidado gerontol gico. Durante m s de quince a os ha estado desarrollando nuevas t cnicas, perfeccionando procesos y procedimientos en esto a lo que l llama: El arte de cuidar adultos mayores y es especialista en pacientes con diversos tipos de demencia y otros padecimientos propios de la ancianidad. En Gerontocom a, memorias de un cuidador, Grisolle ofrece un panorama general sobre las operaciones fundamentales y esenciales en el cuidado gerontol gico, adem s de narrar sus experiencias con quienes l llama sus abuelitos y abuelitas. En un lenguaje fluido, claro, conciso y preciso, Grisolle Ch vez pone los puntos sobre las i en esta intensa profesi n la cual, pese a ser una pr ctica muy antigua en la sociedad humana, no existe hasta el momento una carrera universitaria o t cnica que avale los estudios y los conocimientos de quienes est n al cuidado de los adultos mayores. En esta obra, el autor hace una labor de concientizaci n torno a la importancia de que, la sociedad humana hipermoderna, y sobre todo las nuevas generaciones, revaloren y reconsideren la importancia de los abuelos ya que todos, alg n d a, llegaremos a ocupar esa posici n. Vivimos en la cultura de lo viejo, explica, y consideramos que los adultos mayores son viejos, cuando en realidad ellos nos dan sabidur a, experiencia y ejemplos valiosos, para el autor, la senectud es la corona de la vida, etapa en la cual se ex-perimenta una libertad plena. La cultura de lo viejo, para el autor, ha en-se ado a los seres humanos a desechar las cosas y, cuando relacionamos este t rmino con los adultos mayores, autom ticamente se piensa que ellos, los ancianos, son desechables cuando, antiguamente, las civilizaciones viv an la cultura de las canas dando honor, tributo y admiraci n a los ancianos, quienes eran sin nimo de sabidur a y emblema de dignidad, honor y rectitud.