Una economía que funcione bien requiere cinco funciones: producción, consumo, ahorro, inversión y distribución. Sylvestre Ossiala y Angélique Ngoma han descubierto esta inquietante verdad: las economías africanas sólo tienen cuatro funciones, ya que la función de producción está ausente. África no produce, sólo sabe consumir lo que producen otros continentes: desde los teléfonos móviles, de los que más del 80% de los africanos poseen un prototipo, hasta los lápices escolares, las gafas y la ferretería, todos los productos que consume África llevan la etiqueta "made in out of Africa". ¿Por qué a África no le importa lo mismo que a todos los africanos, si no al revés? Al proponer salidas a la atipicidad de las economías africanas, mediante el "modelo de desarrollo y diversificación" aquí presentado, los autores de este libro dan a África los medios para su verdadero desarrollo y la oportunidad de sintonizar con los demás continentes y avanzar juntos hacia la verdadera igualdad de los pueblos y el equilibrio de la humanidad.