Tanto en la ciencia de la gestión como en otras ciencias, el pensamiento estratégico es prácticamente indispensable si queremos adoptar una visión a largo plazo. En este sentido, es lógico señalar que, al igual que hablamos de estrategia en el contexto general de la empresa, también tenemos derecho a hablar de estrategia en la gestión de los recursos humanos. Un derecho en el sentido de que la política estratégica definida por la empresa en el marco de sus acciones a largo plazo se refleja en sus recursos humanos. Es más, se trata de una política general de la empresa, pero que sólo puede lograrse mediante una combinación de contribuciones individuales. Esto se refiere en particular al hecho de que la definición de la política general de la empresa debe tener en cuenta al individuo, que no es sólo un sujeto de la acción social, sino también un actor de la misma (expresiones que encontramos en los trabajos de psicología social con Simmel y Durkheim respectivamente en 1908 y 1922). Este trabajo cuestiona la validez de la política estratégica de una empresa centrándose en la creación de ventajas competitivas.