La creatividad y la innovación son fundamentales para el desarrollo; ya sea en las ciencias, las tecnologías, las humanidades o las artes, todas dependen de la innovación para el progreso, pero esto se ve limitado por la falta de recursos educativos que aborden específicamente la innovación. No existe un sistema educativo que se concentre en proporcionar los conocimientos necesarios para innovar. Este texto propone un camino a seguir mediante la reaplicación de las competencias que ya forman parte de nuestras estructuras educativas. La innovación también depende de los recursos creativos disponibles en la sociedad. Uno de esos recursos es el que ofrece la comunidad multicultural, identificada en diversos contextos, pero rara vez fomentada directamente como recurso. En este texto se sostiene que el potencial creativo de una comunidad se ve potenciado por la mezcla cultural de su población, que ofrece oportunidades para la interacción de ideas, el intercambio de experiencias y la interacción de diversas formas de conocimiento. El reconocimiento del potencial creativo que ya existe en nuestros sistemas educativos y en la mezcla de la comunidad, nos permite utilizarlos mejor en el desarrollo de la innovación en todo el espectro del conocimiento. Sin embargo, depende de que seamos capaces tanto de identificar estos recursos como de desarrollar estrategias para utilizar su potencial.