La enfermedad venosa crónica de las extremidades inferiores se caracteriza por un estado de hipertensión del sistema venoso. Esta hipertensión, causada por una insuficiencia y/u obstrucción del sistema venoso profundo, se convierte en la verdadera responsable de la aparición de los síntomas clínicos de la enfermedad. Se trata de una enfermedad vascular que afecta a gran parte de la población mundial, con una importante morbilidad y causando un gran impacto socioeconómico, constituyendo un grave problema de salud pública debido también a su elevada prevalencia. Orientaciones como la realización de actividades físicas adecuadas, el control de los factores de riesgo (tabaquismo, obesidad, etc.), pueden interferir de diversas maneras, cambiando la forma de convivir con la ECV. La evaluación de la importancia de las orientaciones sobre la calidad de vida se ha considerado un criterio importante, a la hora de verificar el impacto de estas enfermedades crónicas en la vida cotidiana de las personas y la eficacia de los tratamientos e intervenciones en el área de la salud.