Desde su independencia, la mayoría de los países africanos han emprendido una serie de reformas encaminadas a situar a los organismos públicos en el centro de las estrategias de desarrollo para garantizar la satisfacción adecuada de las necesidades legítimas de la población y sentar las bases del desarrollo económico y social.Para gestionar mejor los asuntos públicos y mejorar el rendimiento de los organismos públicos, las autoridades competentes han introducido reformas destinadas a modernizar la administración pública, en el marco de un esfuerzo por equiparar las prácticas de gestión del sector público a las normas aplicables en el sector privado.El objetivo de este libro es analizar los vínculos causales entre las reformas administrativas y la nueva gestión pública. Sobre todo, pretende identificar y analizar la receptividad de los funcionarios africanos a las innovaciones de gestión.