En efecto, me parece totalmente imposible resolver la tensión entre la iniciación cristiana y las iniciaciones tradicionales sin hacer un largo recorrido histórico-antropológico. Es con demasiada frecuencia la ausencia de este arduo y poco gratificante recorrido lo que invalida tantas afirmaciones exclusivamente antropológicas o teológicas. Aquí, nada de eso. Simon-Pierre Iyananio ha recogido múltiples fuentes, incluso orales, para construir su propia reflexión sobre roca y no sobre arena. Al integrar fuentes de primera mano, toma el camino de la teología práctica. Su convicción es clara. Es el enfoque teológico el que nos permitirá responder a la pregunta que le ronda desde hace tiempo: "¿Cómo salir definitivamente de la lógica de la incomprensión, del prejuicio y de la evitación de la confrontación que deploramos? La lectura de estas páginas nos hace percibir cuán profunda es esta preocupación en el autor, una preocupación a la vez existencial y pastoral, que se remonta a su juventud. Además, su apellido es la tercera etapa del Bwami (Iyananio), segunda parte de la estructura iniciática de la Lega.