Aunque el culto en el Antiguo Testamento ha sido un tema teológico, ha recibido menos atención del discurso académico como tema en el libro de Daniel. Este libro, mediante la utilización de un método contextual, ha sacado a la luz el significado teológico y las implicaciones del culto en Daniel. La adoración tiene un significado teológico que saca a la luz. Y ese culto a Dios es perpetuo, que debe tener preeminencia en el reino terrenal para alcanzar su plena actualización en el reino eterno de Dios. Por lo tanto, la adoración es un tema teológico en Daniel, que no debe relegarse a la hora de descubrir valores teológicos.